Expliquémosle a Trump porqué necesitamos tiburones

Nadie quiere ver una aleta cuando esta esperando una ola. Y hay pocos momentos más tensos que escuchar el grito de “¡shark!” estando el agua.

Ser sorprendido por un tiburón estando en la tabla es uno de los mayores miedos del surfista. El tiburón es el eslabón principal de la cadena alimenticia del océano, puede tener entre 5 y 15 filas de dientes, excelente vista y sentido del olfato y como si fuera poco, se lo asocia con los dinosaurios.

La semana pasada el presidente de los Estados Unidos también manifestó su “miedo” y desprecio hacia los tiburones. En una entrevista en el programa de TV “ In Touch Weekly” dijo que jamás destinaría dinero para proteger a los tiburones” y agregó que “espera que todos los tiburones mueran”. Si los deseos de Donald Trump se cumplieran el resultado sería… un océano en peligro.

¿Porqué los necesitamos?

De todos los accidentes con tiburones está claro que los surfistas se llevan la mayor parte. Pero, aunque aveces sean lo que más tememos, sin ellos la vida marina desaparecería. Los tiburones tienen una función importantísima en el océano porque crean un equilibrio en las distintas especies del mar. Su desaparición generaría un “efecto cascada” que terminaría un mar sin vida.

Como depredadores principales de la cadena alimenticia del mar, cuando los tiburones cazan influyen en los hábitos de alimentación de otros animales que tienen que optar por los “platos que quedan disponibles”. Esto genera un orden natural en donde cada especie tiene un rol y el resultado final es un océano sano.

Por ejemplo, en partes del mar donde están desapareciendo los tiburones empiezan a crecer otras especies como el pez “Mero” que se alimenta de los herbívoros. Cuando disminuye la cantidad de peces herbívoros las algas crecen y le ganan al coral que no puede competir con ellas.

Un mar libre coral parece soñado para quienes tienen miedo a cortarse si caen de una ola pero implica la ausencia de un ecosistema repleto de vida. El coral es un refugio para miles de especies. Regula la temperatura del agua, combate el calentamiento global y genera gran parte del oxígeno que respiramos.

Todas las poblaciones que viven alrededor de las mejores olas dependen económicamente del turismo y de la pesca. Un estudio de Carolina del Norte demostró que la pérdida de los grandes tiburones provocaba el aumento de las poblaciones de rayas. Como resultado, las hambrientas rayas comían más peces de lo normal, por lo que ya no quedaba para la pesca.

El señor presidente de los Estados Unidos, primer potencia mundial, debería saber que si su deseo se cumple sus gobernados se verían afectados.

Más allá de que los tiburones se encuentran entre los animales más temidos por el hombre. No podemos olvidar que el mar absorbe un tercio del CO2 de la atmósfera, nos proporciona alimento y oxígeno y lo necesitamos sano para sobrevivir como especie.

La conexión es una ley básica de la naturaleza y debemos tener esto presente desde que esperamos la ola, miramos a nuestro alrededor, la remamos, la surfeamos y volvemos con una sonrisa a casa. “No estás separado del todo. Eres uno con el sol, la tierra, el aire. No tienes una vida, eres vida” Eckhart Tolle.

Nota por Martina Álvarez @martinaalvarezmar
Buceadora Profesional & Lic en Comunicación Social

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