Mehuin, 20 años resistiendo al ducto de la empresa Celco – Arauco

Chile tiene incontables olas a lo largo de su extensa costa, pero al sur existe una izquierda perfecta que resiste al atropello humano.

Quien ha visitado Chile sabe que este país poco poblado cuenta con grandes recursos naturales, donde un 50% de la flora y un 20% de la fauna no existen en ninguna otra parte del mundo. Una riqueza que los chilenos luchan para mantener frente a su explotación por grandes empresas, como en el pueblo costero de Mehuín, al que Ramón Navarro llama “pequeño Mundaka”.

“Yo desde que soy niño estoy involucrado en este conflicto”, cuenta Geovanny Castro, 31 años, nacido en Mehuín. Su pueblo, ubicado a 8 horas al sur de Santiago, se ha vuelto emblemático en Chile por tener el conflicto ambiental más antiguo del país. Desde 1996, la poderosa empresa Celco – Arauco está negociando para instalar un ducto que le permita verter los desechos contaminantes de su papelera en la playa de Mehuín, amenazando a los pescadores artesanales y las comunidades mapuches locales.

“Estamos tratando de hacer visible este conflicto que dura desde hace más de 20 años”, explica Geovanny, quien forma parte de la primera generación de surfistas de Mehuín. Un deporte que podría llegar a salvar el pueblo de la amenaza extractivista. “En 1996, el conflicto lo empezaron a llevar los pescadores y la gente del pueblo porque en esa época no había surf, pero hoy en día esperamos que este nuevo tipo de turismo nos de visibilidad”.

Con el apoyo de la fundación chilena GIVESURF, Geovanny abrió la primera escuela de surf del pueblo, con la cual espera promocionar un turismo responsable y sostenible en esta zona que cuenta con muy buenos spots. “La ola de la punta es la más famosa, se llama la Barra”, explica el surfista local. “Los europeos que han venido la llaman ‘Mundaka chilena’ porque tiene una forma parecida, aunque no aguante más de dos metros”.

A través del surfing, Geovanny espera darle más visibilidad a la lucha de su pueblo. “Legalmente el proyecto es inviable, pero hay mucha presión política así que necesitamos apoyo”, declara el surfista. “Mientras exista este rechazo de la comunidad, es poco probable que se haga el ducto, pero la amenaza todavía está latente”, dice antes de concluir con convicción: “Mehuín es un paraíso”.

Foto JC Elgueta Photoworks

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