Popoyo: olas, amigos y más olas

Quince días enteros de surfing pueden parecer mucho pero nunca son los suficientes cuando vivís a 450 km del mar. Soy surfista por elección y por familia. Hace más de 20 años empecé a surfar en Miramar gracias a mis hermanos y a los largos veranos que podíamos vacacionar gracias a una casa construida por mi abuelo y al laburo de mi viejo. No me voy a poner a hablar de cómo arranqué con las primeras paradas en este increíble deporte que es el surfing.

El surfing y Miramar me dieron muchos amigos que hoy en día sigo viendo. Gracias a esta combinación, después de vacilar varias veces, (además de no poder) me fui a visitar a un gran amigo que vive hace ya casi 10 años en Nicaragua, más exactamente en Playa Guasacate, Popoyo. Manu Resano vive con su mujer, Berry, y sus tres hijas Valentina, Candelaria y Máxima.

Popoyo tiene tres points bien definidos, un reef break, el outer reef y un beach break. El reef break conocido con el nombre del pueblo, Popoyo, es la ola más regular de todas y funciona de marzo a octubre. En Popoyo, funcionan las derechas e izquierdas siendo las últimas las más clásicas y regulares de las dos. Los swells son principalmente del sudoeste, vientos offshore y con media marea, aunque cuando hay olas se puede correr con cualquier marea, eso sí, tené cuidado con las rocas si lo corres con marea baja. La derecha también funciona pero tiene un recorrido mucho más corto que la zurda.

El Outer Reef se encuentra a la izquierda de Popoyo y rompe  un par de veces al año. Es un tubo parecido al de Pipe y puede llegar a romper de unos  5 metros. Es una ola muy difícil y peligrosa. Hay veces que rompe y no hay nadie que la surfea. Manu Resano junto a Jota, fue uno de los primeros en correrla y cuando está en Nica sin dudas lo van a ver metido en el Pipe Nicaragüense.

El beach break queda casi en la entrada de Popoyo y en la otra punta del reef break. Cuando el swell, el arenado y las condiciones están buenas, se puede poner muy divertido  y con unos lindos tubitos.

Además de estas dos olas, hay varios points cerca de Guasacate. A unos treinta minutos en auto está el beach break de Santana donde pueden salir unos buenos tubos a pocos metros de la orilla. Santana está dentro de un complejo gringo muy grande con terribles casas y un hotel de lujo. Dentro de este complejo llamado Rancho Santana, hay un point break de izquierdas en una pequeña bahía de nombre Rosada.

A casi la misma distancia que Santana, yendo en carro, se encuentra la Bahía de Astilleros donde se puede surfear el beach break y El Peñón o en ingles apodado «Lances». El Peñón es un point break de izquierdas con una ola chancha y que puede aguantar hasta unos diez pies. La vista de Lances es increíble, un peñón de unos 80 metros que cae casi sobre el mar. Tenés dos formas de llegar al point: caminando de bahía Astilleros como unos 15/20 minutos y tirarte de las rocas y remar. O la más bacán y la más cara, la que usan generalmente los gringos, ir en los botes que salen de la bahía y que te esperan unas dos / tres horas cerca del point. Surfeas sin parar y cuando te cansaste chiflas al conductor del bote, haces un par de remedas y listo…

También hay que tener cuidado con los peces agujas. Dos días después de haber surfeado El Peñón, me encuentro con unos brasileros y uno estaba con una gran herida a la altura de las costillas. Estaba surfeando cuando de repente sintió un fuerte dolor a un costado del torso y al mirar tenía incrustado un pez aguja dentro de su cuerpo. Luchando con la desesperación y con el pez, le dio un fuerte puñetazo logrando sacárselo pero quedándole el pico del pez dentro de su cuerpo y la sangre brotando a rolete. Cuestión que pudieron salir rápidamente con un bote y llegar hasta Rancho Santana donde no pudieron intervenirlo, derivándolo a Managua a dos horas y media en auto de Guasacate. Por suerte la pudo contar ya que el pico del pez aguja quedó a dos centímetros del pulmón. También, a una hora aproximadamente esta la playa de Colorado donde salen unos terribles tubos.

Popoyo es un pueblito que fue creciendo muy lentamente y cada vez hay más gente que viene a surfear y se queda a vivir por las terribles olas que hay y por la paz del lugar. Cada vez hay más crowd y de a poco se va convirtiendo en un destino de surftrips.

Las niñas de Manu Resano tienen entre 8 y 3 años. A Valentina y a Candelaria las vas a poder ver surfeando de vez en cuando en Popoyo y bajarse olas «overhead». Sin dudas, Valen y Cande tienen impresionante condiciones y seguramente las vamos a ver en las revistas en un par de años…

Lugares que no hay que dejar de pasar en Popoyo:

Santi Bagnardi: Santi es argentino y pasa varios meses al año en Popoyo. Si queres tener unas buenas fotos desde del agua sin dudas tenés que buscar a él. Lo podes encontrar en el Hotel «El Toro Surf» y sino lo ves dejas un mensaje en la recepción.

Viento Este: una pizzería atendida por Nico, un uruguayo con muy buena onda. La pizzería está ubicada frente al mar y a la noche vale la pena pasar para comer una rica pizza casera, tomarte una cerveza helada y verte unos videos de surfing que proyectan al aire libre.

Popoyo Ding Repair: si necesitas arreglar tu tabla no dudes en pasar por este lugar o alquilar una. Ahí te va atender Cristóbal y Maite. Cristóbal es un francés que se enamoró de Popoyo y se quedó a vivir hace ya varias temporadas. Maite es la pareja de Cristóbal y es mexicana. Si te vas a Popoyo sin tabla no dudes en pasar por Popoyo Ding Repair porque tienen una buena variedad de tablas, las podes ir cambiando según el swell. Cristóbal y Maite, a las 16 horas cierran el local y los vas a poder ver surfeando en Popoyo.

El Ranchón de Lola: es uno de los últimos locales antes del río, donde podes dejar tu bici o tu auto para irte a surfear Popoyo. En el Ranchón te vas a poder tomar un rico «desayuno nica» antes o después de la sesión o tomarte una «Toña» viendo un atardecer increíble.

Rana Roja: otra pizzería atendida por su dueño, el Napolitano Filipo. Si fuiste con tu pareja a Popoyo es un buen lugar para pasar una noche más sofisticada.

Fotos: Santi Bagnardi