Brissa Málaga siempre surfeó tabla corta, hasta que hace algunos años un coach le pidió que entrene y corra stand up paddle en un Mundial. Perú necesitaba los puntos en esa categoría. No sabía bien ni cómo agarrar el remo, pero entrenó 3 veces al día inyectándose por las contracturas y quedó 4ta del mundo.
Desde ahí no paró y en el último Mundial de Fiji se quedó con la medalla de bronce compitiendo en CloudBreak con un swell de 12 pies y vientos de 25 nudos.
Su preparación, el poder de la cabeza del deportista, la garra latina, los medios de comunicación y su amado Perú en una charla con una mujer llena de ganas.
¿Qué pensabas mientras viajabas en el bote camino a tu heat final y veías el mar en esas condiciones? ¿Qué estrategia te planteaste?
Corrí la ronda 1 y 2 los días lunes y martes respectivamente. El martes el mar estaba chiquito y nos preguntaron qué queríamos hacer, si competir o esperar al sábado que entraba un swell de 12 pies. Yo me armé de valor y dije, “vine hasta CloudBreak, quiero surfear el sábado”. Eramos 6, justo las 4 que llegamos a la final votamos por el sábado. Yo sabía que tenía más chances de ganar en olas grandes. Estuve concentrada en el forecast todo el resto de la semana, fue como una pequeña tortura, el mar crecía y crecía. Me hablaban de casco, chaleco, y todo tipo de protección por el coral. Ese día el mar estaba enorme y el viento te volaba. Me tomé el ferry desde el puerto a las 4:30 am y en el viaje me mareé mucho. Vomité y me subí al techo a tomar agua y concentrarme. Por cabeza no me podían ganar. Me dije: “Todas tienen el nivel para ganar este campeonato, quizás ellas más que yo, pero yo tengo las agallas para tirarme en las olas más grandes”.
Izzy Gomez (medalla de plata) y Shakira Westdorp (medalla de oro) estuvieron entrenando en Fiji semanas antes del evento. A veces los deportistas latinoamericanos no tienen las mismas chances e imagino que en el agua se deben notar esas diferencias.
Sí, Shakira e Izzy llegaron semanas antes a Fiji. Como yo soy amiga de ellas, las seguí en Instagram, veía sus videos y en la final las seguí, ellas conocían la ola. Es una ola que está en la mitad del mar y no tenés tierra cerca para tener una referencia de dónde va a reventar.
Sí, la verdad es que a los deportistas latinoamericanos nos suele costar todo un poco más. Hace meses que estoy viviendo y entrenando en Australia y uno puede ver lo que es la diferencia con lo que son los deportistas en países como este. Cómo entrenan, los recursos.
También en Australia estás estudiando coaching deportivo, que trabaja de forma integral otros aspectos, no solo estrictamente físicos, del deportista como lo es la psicología.
Creo que un atleta tiene que desarrollar 4 puntos. Primero el técnico, que es la teoría del deporte puesta en práctica. Después viene lo nutricional y la preparación física. Y la parte psicológica, es un 60%, 70% del combo. Si te ponés a mirar el surfing internacional, hay muchos atletas de primera línea que quizás su surfing no es tan espectacular, pero saben competir y no les ganan mentalmente. Hay veces que se ganan heats en los últimos 30 segundos. Pensás, “faltan 30 segundos, ya fue.” Mentira, faltan 30 segundos, remá por tu vida. A veces te tiemblan las piernas, la cabeza es demasiado importante. En Latinoamérica por suerte el desarrollo integral del deportista está creciendo mucho. Nos estamos dando cuenta que trae resultados. Es por eso que también me vine acá a Australia, a aprender, a sacar ideas. Mi intención es aprender todo lo que pueda acá y llevarlo al Perú. Porque las condiciones geográficas las tenemos, pero hay que empezar a hacer, de a poquito. Empezar por mi pueblo Punta Hermosa y contagiar.
El stand up paddle no era tu disciplina principal, hasta que un día agarraste la tabla y el remo y desde ahí no paraste. ¿Cómo fue que empezaste?
Sí, yo corría tabla desde los 7 años, siempre shortboard. Un día a los 24, nuestro entrenador para el mundial me dijo, “en dos semanas tenés que correr stand up paddle en el mundial.” Le dije que estaba loco. Me gusta demasiado quedar bien como para hacer papelones. Yo ya había tenido buenos resultados, campeona nacional, latinoaméricana y panamericana. Pero le dije, “dame un semana, voy a intentar.” Me puse a entrenar y los primeros días no me podía parar, no agarraba una ola. No sabía ni qué hacer con el remo, era demasiado incómodo. Pero me propuse hacerlo, Perú necesitaba los puntos. Entrené 3 veces al día por dos semanas. Me inyectaba por la contractura todas las mañanas. Fue durísimo. Corrí sin presión, y quedé cuarta del mundo.
De a poco le fui agarrando el feeling. Sigo prefiriendo el shortboard, pero me gusta mucho, y es lo que más logros me trajo en mi carrera como deportista.
Estando en Fiji comentaste como, a pesar de que los deportes de tablas en Perú no dejan de dar buenos resultados, a veces estos éxitos no reciben el reconocimiento que se merecen por parte de los medios siendo otros deportes los que monopolizan la atención.
La prensa es muy exclusiva con el fútbol. De 10 páginas, 9 y media son de fútbol. Y el fútbol en Perú tampoco que tiene un nivel excelente. Yo entiendo que es el deporte más popular, y los medios tienen que vivir de deporte que más vende, pero no pueden dejar de lado a deportistas que hacen hasta lo que no pueden por el país. Que tienen que trabajar para pagarse sus viajes, su equipamiento, su alimentación, sus coachs. Yo no tengo ningún sponsor que me pague un sueldo. El esfuerzo de un deportista que no es reconocido o sponsoreado por empresas privadas es muy grande. Entonces yo creo que lo mínimo que pueden hacer es reconocer a estas personas que traen logros al país. Contar historias de esfuerzo, de que se puede.
¿Hace cuánto que un equipo de fútbol peruano no alcanza un logro? Nosotros con tabla ganamos dos mundiales, 2010 y 2012. Fuimos el primer equipo del Perú que gana una medalla de oro en un mundial, de cualquier disciplina. Sofía Mulanovich fue la primera campeona mundial peruana de la historia. Entonces creo que los medios le tienen que dar chance a esos deportes que llevan éxitos, que no son tan reconocidos y hacerlos conocidos.
¿Qué se sintió subir al podio en Fiji con la bandera de Perú en los hombros?
No me la creía. Es increíble porque encima cuando estás arriba y te ponen la medalla, tus amigos de otros países son tu familia. Nadie va con sus papás o familia. Y todos los latinos, los españoles, gritaban como si hubiesen ganado. Esa sensación de la alegría compartida es increíble. Se te infla el pecho. Me pasó algo que no me había pasado nunca en un campeonato: la visualización. Desde que llegué a Fiji me visualicé en el podio, no sabía en qué posición, pero iba a subir a ese podio. Hace 8 meses que estoy fuera de casa, viviendo en Australia y eso me hizo aferrarme mucho a mi país. Me dije, “yo voy a subir la bandera del Perú hasta lo más alto.” Soñaba con eso, no soñaba con otra cosa.
Por Sofía Cash