Año a año son más los chilenos que se arriesgan a salir del país con el fin de conocer nuevos lugares para surfear y de paso escapar del temido invierno. Fue así como Inés Lombardi y Francisca Roselló, dos conocidas Freesurfers chilenas, decidieron probar suerte en aguas cálidas y experimentar en el paraíso del surf mundial, Indonesia.
A continuación los dejo con el relato de estas dos chilenas que estuvieron por más de tres meses recorriendo cada rincón de las mágicas islas del suroeste de Asia y Oceanía:
Meses después que nació la idea de viajar, dejamos nuestros trabajos a un lado y nos fuimos a Indonesia. Paramos unos días por Australia y decidimos recorrer la Costa Este junto a otras dos amigas chilenas, acampando en playas de beachbrakes perfectos y solitarios.
Después de diez días viajamos a nuestro destino…Indo. Indonesia es un conjunto de islas grandes y pequeñas, nosotras viajamos por 6 de ellas; las principales y más conocidas son Bali, Lombok, Sumbawa y Sumatra.
Bali es como la casa principal de todos, tanto para turistas normales como para surfers, donde la mayoría se aloja en Uluwatu (aquí estuvimos paradas por un buen tiempo). A esta isla llega todo el mundo, ¡es un caos! La religión que predomina es el Hinduismo, y su gente es más relajada, no existe problemas con la vestimenta, uno puede andar como se le de la gana.
Hay muchas fiestas y restaurantes buenos para comer, y lo más importante muchas olas por todos lados, pero también bastante gente. Apenas llegamos y sin pensarlo, tomamos nuestras tablas y fuimos al agua, bajamos las largas escaleras y sin conocer mucho la ola, disfrutamos de la primera sesión.
Desde nuestra perspectiva pensamos que para ir a Indonesia es mejor ir con un nivel medio hacia arriba, porque puedes disfrutar más las olas sin tener miedo a las caídas. Hay que cuidarse y tratar de correr con las mareas medias (si no tienes un nivel profesional). Marea alta es agradable para los surfistas principiantes hasta nivel medio, y marea media bajando para nuestro gusto era perfecta, porque podías correr tranquila y mientras ibas bajando se ponía cada vez más perfecta la ola. La mayoría de las olas funcionan con los cambios de mareas… por supuesto hay excepciones y como lo entretenido del surf es ir descubriendo con que mareas y con qué tipos de swell van funcionando las olas, les dejamos a ustedes ese descubrimiento…
Semanas después decidimos viajar a Sumbawa, una isla completamente diferente, con distintas culturas y religiones, a las que de a poco nos tuvimos que ir adaptando. Sumbawa, al igual que Lombok, son islas pertenecientes al Islam, donde la gente es muy estricta con su religión, las mujeres deben estar cubiertas y los hombres son muy machistas, para ellos es muy diferente porque pueden andar sin polera y no hay ni un problema.
Para nosotras fue fuerte el cambio de isla por que teníamos que estar tapadas, ponernos bikinis y casi salir corriendo con las tablas tapándonos para que no nos sacaran foto. Al principio nos chocó mucho y después nos fuimos acostumbrando y adaptando, nos compramos faldas largas hasta los tobillos o pantalones anchos y nos cubríamos con pareo la cabeza y hombros dependiendo del lugar a donde fuéramos.
Aquí estuvimos unos días surfeando y compartiendo con gente local. Días después, se acercaba una gran crecida, y de manera improvisada decidimos viajar a una playa paradisíaca, donde veríamos las olas más perfectas que hemos visto hasta ahora. Arenas blancas, agua turquesa y transparente, arrecifes de coral multicolores…
Decidimos volver a Bali. En el camino hicimos una parada de unos días en la isla de Lombok, donde nos llevó a un conocido lugar que nos recibió con una ola amigable y juguetona, la crecida ya había bajado, por lo que fue el lugar perfecto para surfear un poco más relajadas y sin el crowd que había traído la gran crecida.
La diferencia entre Sumbawa y Lombok es que sigue siendo un poco más virgen y la gente es más buena, en Lombok lamentablemente la gente se ha puesto un poco peligrosa y han ocurrido cosas feas.
Sumatra por otro lado era un paraíso de palmeras, una isla grande y a donde fuimos nosotras predominaba el catolicismo. En principio pensamos que íbamos a llegar de nuevo a algo parecido a Lombok o Sumbawa pero no fue así.
En estos meses recorriendo pudimos disfrutar de una mezcla de culturas, religiones, olas, gente, paisajes, y emociones que te dejan marcado. Nos tocó ver y disfrutar mucho, pero la verdad es que es un viaje interminable porque son muchas olas y muchas islas, que uno no sabe por donde empezar y por donde terminar, ya que hay miles de olas que la mayoría de la gente no tiene idea que existen… en conclusión es un viaje infinito y adictivo ya que hay mucho por seguir descubriendo.
Texto Camila Avendaño Pommiez
Fotos Mauricio Zina y Paloma Agliati