Indar Unanue fue protagonista ayer en el Quiksilver La Vaca Gigante, evento de olas grandes que se disputa frente a un acantilado rocoso junto a la localidad cántabra de La Maruca.
Las olas alcanzaron los cinco metros que exige la organización para que se dispute la competición y los 18 surfistas elegidos dispusieron de tres horas para deleitar al numeroso público reunido sobre los acantilados de El Bocal.
Las dos mejores olas de cada rider sirvieron para establecer una clasificación en la que Indar Unanue sólo se vio superado por el británico Gabe Davis. Axi Muniaín, Asier Ibañez y Adur Letamendia también desafiaron unas condiciones extremas que provocaron situaciones peligrosas y momentos de tensión.
El spot
A un par de kilómetros de la santanderina playa de El Sardinero y a poca distancia de La Maruca, se sitúa el spot conocido como “La Vaca”. Una ola que rompe en alta mar, a escasos 400 metros de la costa, y que descarga toda la fuerza de las potentes marejadas cantábricas frente a un acantilado rocoso, sobre el que es frecuente encontrar gran cantidad de animales de pasto: cabras, ovejas, pero sobre todo, vacas.
Desde hace una década la ola de “La Vaca” ha estado ahí, virgen, expectante. Sin embargo, no sería surfeada por primera vez hasta el verano de 2006 cuando, con la llegada de una marejada de 3 metros, dos reconocidos big-wave riders santanderinos, Óscar Gómez y Luis García, decidieron entrar a probar.
La experiencia de estos dos jóvenes aventureros fue todo un éxito y la ola ha adquirido desde entonces un gran renombre, hasta el punto de entrar a formar parte de la reducida lista europea de big-wave spots.
“La Vaca” se puede surfear de derechas y de izquierdas, siendo ésta última la más peligrosa y salvaje. Sus series son impredecibles y pueden traer olas gigantescas de hasta 6 metros.