El océano es el pulso de vida del planeta. Regula el clima, aporta más del 50% del oxígeno que respiramos, almacena el dióxido de carbono que producimos enexceso y sostiene gran parte de la biodiversidad del planeta. Es por esto que comprendemos que sin azul no hay verde y que sin océanos no hay vida.
Lamentablemente el mar se encuentra amenazado, estamos perdiendo el corazón azul del planeta. El resultado de tantos años de darle la espalda se está comenzando a sentir. Estudios ambientales difundidos por la ONU estiman que para el 2050 habrá más plásticos que peces en el mar, gran parte de las pesquerías se encuentran en riesgo y cerca del 90% de los peces grandes han desaparecido.
En la Argentina el mar comprende el 36% de nuestro territorio. Debido a su amplia plataforma continental, es una de las áreas oceánicas más productivas del planeta, con un ecosistema particularmente diverso y rico en especies únicas. Todos los años lo visitan animales marinos de todo el mundo en busca de alimento y un refugio seguro para tener a sus crías. Del Mar Argentino depende el 75 % de la población de Albatros Ceja Negra y 3 de las 7 especies de tortugas marinas del mundo.
Hoy el Mar Argentino se encuentra amenazado: la sobrepesca, la pesca ilegal e incidental, la contaminación y las 63 especies amenazadas son algunos de los problemas con los que se enfrenta.
Es por eso que desde Sin Azul No Hay Verde impulsamos la creación de los primeros Parques Nacionales Marinos de nuestro país. Los Parques son una herramienta legal fundamental y efectiva para la conservación marina, y acercan la conciencia de todos los argentinos a este ecosistema y al compromiso de protegerlo. Estas áreas marinas protegidas brindarán refugio para los ecosistemas oceánicos, permitirán la recuperación de los recursos marinos ayudando a restaurar poblaciones de peces y conservaran el hogar y fuente de alimentación de grandes mamíferos, cetáceos y aves.
Hace más de 20 años que la problemática del mar se estudia en nuestro país. De estos estudios surgieron las delimitaciones de las zonas marinas sensibles a ser conservadas. Namuncurá – Banco Burdwood 2 y Yaganes nacieron de estos estudios y pasarán a la historia por ser los primeros Parques NacionalesMarinos de Argentina. Hoy el proyecto de ley para su creación se encuentra en el Congreso de la Nación.
Parque Nacional Marino Yaganes
Se ubica al sur de Tierra del Fuego e Isla de los Estados, en el Pasaje de Drake que conecta el océano Atlántico con el Pacífico. Sus 69,000 km2 se acercan a las dimensiones de la provincia de Formosa (72.0066 km2), y su fondo marino se encuentra mayormente inexplorado. Se han detectado cañones submarinos y hay evidencia de bosques subacuáticos que probablemente contengan alta diversidad de especies.
El propósito principal de la creación de este Parque es conservar y proteger los variados tipos de hábitats marinos y las especies sensibles, raras o con funciones claves para dichos ecosistemas (invertebrados del fondo, tiburones, peces, aves y mamíferos marinos).
Parque Nacional Marino Namuncurá – Banco Burdwood II
Abarca aproximadamente 28,973 km2, equiparable a la provincia de Misiones (29,801 km2). El Banco Burdwood es una meseta sumergida que, al ser de menor profundidad que las áreas circundantes y gracias a las corrientes que lo rodean, genera el ascenso de nutrientes de las profundidades, generando una explosión de vida. Burdwood II es una extensión de la actual reserva marina, Namuncurá – Banco Burdwood. El propósito principal de su creación es extender al actual Área Marina Protegida, para conservar un talud escarpado con cañones submarinos en donde habitan conjuntos de especies frágiles y únicas del fondo marino como corales (corales verdaderos, blandos y falsos corales) y esponjas. Estos forman bosques de animales que dan refugio a otras especies.
Ambos parques incluyen sectores de reproducción de peces de interés comercial como la Polaca, la Merluza Negra, el Granadero Chico y la Sardina FueguinaAdemás son áreas de alimentación y tránsito de aves y mamíferos amenazados de extinción, como el Albatros Errante y la Ballena Fin.
Proteger el océano no es optativo, es una obligación que tenemos con las próximas generaciones. Es nuestro deber comprender que sin océanos no hay vida. Lo que hagamos o dejemos que de hacer en estos próximos 10 años repercutirá para siempre en la salud de nuestros océanos.
Desde sin Azul No Hay Verde invitamos a todos los que quieran sumarse a firmar en nuestra web, participar de nuestras acciones y en nuestras redes sociales y sobretodo difundir el conocimiento.Conservar es para siempre.
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Foto Mariano Sironi