Mundaka por Kepa Acero

Las salidas de rías son, dependiendo de las condiciones, sitios propicios para practicar el surf. La arena se acumula de una manera singular, en una marea, una marejada y viento en contra, para que solo por una horas,
surja la magia.

Hay miles y miles de salidas de ría en el mundo, y por suerte he tenido la oportunidad de ver y surfear algunas ellas. Pero Mundaka es entre todas ellas, la elegida. Todavía y después de una vida surfeando allí, no me puedo creer la suerte que he tenido en nacer cerca de este templo sagrado del surf. La perla podía haber caído en África, en Asia que es gigante… en América, en Australia o en Alaska, qué se yo… pero tuvimos la suerte de que, entre todos los moluscos del mundo, nos tocara el que tenía la perla preciosa.

La compleja forma de los meandros, la dirección del mar, el efecto embudo de las montañas que hace que el viento se enchufe, la profundidad de la fosa y el filtrado de las lineas en Cabo Matxitxako, el ciclo perfecto de los 6 meses de descanso sin olas en primavera y verano para que la barra se vuelva a regenerar, la pequeña roca que sobresale a la altura del pico que hace que se forme un ultimo rápido para que la arena se acumule… Y muchas más condicionantes que se me hacen demasiado complejas para entender la singularidad del estuario…

Esta es la realidad de lo que es Mundaka, una obra de ingeniería perfecta. Mundaka es, que se sepa, entre todas las rías, la joya de la corona, la más venerada, única en el mundo y por lo tanto, sagrada para los surfistas de todo el mundo.

mundaka 2

El año pasado, fruto de -en mi opinión- mitad negocio, mitad ignorancia (el NO culto a la joya), se llegó a la conclusión de que era una buena idea quitar arena de la sagrada barra, de donde se alimenta la ola, y ponerla en el otro lado de la playa para que en verano la gente pueda tomar el sol, jugar a palas en marea alta (por su puesto que tienen derecho) y ya de paso consumir en los negocios de los alrededores de la playa de Laida. Las excavadoras comenzaron la obra en mayo del año pasado en la reserva de Urdaibai.

“Excavadoras en la reserva” y me recuerda a una frase que decía Groucho Marx: “Inteligencia militar: Dos términos contradictorios”. Pero vamos, que es así, es legal, y seguro que me equivoco. Y seguro que el sabio Groucho también.

Nos temíamos que la barra y la calidad de la ola se viera malograda por la obra, pero afortunadamente este otoño las olas han llegado y la ola ha aparecido. Al menos, aparentemente, no parece que la draga haya afectado a la barra. Es más, la magia ha vuelto aparecer y hemos tenido las mejores sesiones de los últimos años.

Que la barra esté bien no significa que la obra haya sido un acierto, y si por el contrario estuviera mal, tampoco se le podría echar la culpa a las excavadoras. Los que llevamos surfeando Mundaka durante décadas, sabemos que hay años que no funciona. Y cuando no da, no da. Son caprichos de la naturaleza, y siempre lo hemos aceptado así. Sin embargo, en algunos lugares del mundo, donde la cultura del surf está muy arraigada (ej. Australia), las autoridades, que no ignoran el valor que tiene una ola de clase mundial, se dedican a hacer justo lo mismo pero a la inversa: bombean arena artificialmente a las barras para que estas olas de valor universal no dejen de funcionar, y hacen desaparecer así playas enteras con el único fin de que estas joyas sigan manteniendo la calidad artificialmente. Los que juegan a pala en esta ocasión, se quedan sin playa y los surfistas (y otros hosteleros) con las olas. Arena para aquí (playa de veraneo), arena para allá (tubos para la peña)…

Y la naturaleza? no deberíamos hablar también de la naturaleza? Ahí está, observando, como el ser humano hace y deshace a su parecer. Suena en estos tiempos hasta utópicos que el hombre no toque nada, pero realmente deberíamos plantearnos (entre sombrillas y olas), si estos son argumentos de peso suficientes como para andar poniendo y quitando a nuestro antojo.

Ni que hablar de la chapuza monumental que se hizo en el dragado del 2003, que provocó el cambio del cauce del río y durante años nos temimos que aquello ya no se iba a recuperar. Qué soluciones buscarle a los astilleros, es un delicado debate. Pero ese ya es otro tema…

mundaka (1)

Yo personalmente creo que ni las olas ni las palas, son argumentos de peso mayor como para hacer estas obras en la reserva, y estoy seguro que la gran mayoría de los que formamos la comunidad de la barra también. Sabemos aceptar que hay años sin ola y otros que surge la magia, y hemos aprendido a vivir en armonía con los caprichos que dicta la naturaleza.

Muchas veces la barra esta perfecta y de pronto, de un día para otro, una marejada grande se la lleva, igual que se lleva la playa de Laida, Desde hosteleros, hasta surfistas, esperamos pacientemente año tras año a que la barra vuelva con el ciclo natural. Porque siento, sentimos un profundo respeto al majestuoso entorno. De modo que también yo estaría, estaríamos en contra de que se bombeara arena a la barra. Unicamente pedimos lo mismo por ello. Si no hay una razón de peso mayor, que sea la naturaleza la que fluya, y se respete ciclo natural del todo el estuario, la RESERVA de Urdaibai.

Y por supuesto, que las autoridades empiecen a darse cuenta de lo que tenemos, y que pongan de una vez en valor una obra de ingeniería perfecta, única, creada por la misma naturaleza. En este sentido, querría agradecer finalmente al Mundakako Surf Taldea los esfuerzos que está haciendo por proteger oficialmente la ola. Después de meses de trabajo, los esfuerzos han dado fruto y el ayuntamiento de Mundaka ha declarado la ola como la primera reserva del surf en el Pais Vasco.

Notas Relacionadas