Shapeando con Dane Reynolds

Texto y Fotos: Morgan Maaseen

Dane está frente a un foam. La habitación está calurosa. La quietud que prevalece es como la de sus ojos que miran el bloque de foam sin ser molestados. Afuera es la hora más calurosa del día y las sombras de los árboles bailan bajo el alto sol. Los minutos pasan pero no pasa nada, las paredes azules recubiertas de polvo, no hacen más que agregar silencio a la situación. El único ruido proviene de afuera y es de un bulldog inglés que está del otro lado de la puerta.

Con un rápido movimiento de muñeca las plantillas entran en movimiento. Un lápiz traza una el contorno de una plantilla sobre la blanca espuma. Sin borrar, sin errores, sin detenerse a pensar si va a trabajar, si esa forma buscada se ajusta a las normas de la industria establecidas por décadas por su patrocinador en el proceso de investigación y desarrollo. Nada se interpone en el camino de sus rápidos movimientos. Las herramientas vuelan, se corta el foam. Me paro en la esquina, una mosca en la pared. Me pregunto qué lo está guiando.

¿Cómo son sus movimientos crudos que lentamente van dando nacimiento a este limpio shape? Él sólo ha shapeado unas pocas tablas… sin embargo se mueve con la facilidad y la decisión de un veterano shaper. Nada lo detiene, de vez en cuando delibera sobre un pequeño error u otra posibilidad, pero verdaderamente la mirada en sus ojos demuestra su determinación. ¿Está negando su desenfrenada curiosidad y exploración sobre el foam? ¿Es mi presencia abrumadora? ¿Estará exorcizando ideas o yuxtaposiciones? ¿Los demonios no se atreven a acercarse a los shapers de Channel Island? ¿Será tarde para cenar con su novia Courtney?

Pero he aquí que mientas hace una pausa para guiar sus manos desde la nariz a la cola, mira fijamente a la tabla a un milímetro y luego a diez metros… Lo sé, no es un prodigio con el planer, él no es un principiante apresurado. Él no está tratando de ser el mejor shaper del mundo, él está shapeando para entender. Él está diseñando para sentir. Si bien puede no haber pasado la menor cantidad de horas en el shaping room, él es una de esas personas que puede aplicar su conocimiento para saber lo que funcionaría bien. Lo que siente como magia, que gira rápidamente y que aprovecha la velocidad cuando eso que está ahora shapeando, estará debajo de sus pies. Dane tiene ese conocimiento. Por la gracia de Dios, las estrellas se alinearon en el lugar donde nació, y este tipo llegó al mundo con un sexto sentido, ese que ninguna otra persona que surfea puede imaginar.

¿Pero el funcionamiento de la tabla en el agua una vez glaseada, con sus stickers y encerada? La tabla en poder de Dane es como los pinceles en las manos de un artista que buscará hacer volar nuestras mentes.

Varios días después, el saca las quillas de su tabla al tiempo que su wetsuit chorrea por toda su Eurovan. Segunda sesión y Dane está listo con su tabla. – Demasiado rocker – afirma y remata con un -No funciona-. Mi corazón suspira y de un desinflado boardbag una nueva tabla sale, parece idéntica a la anterior, pero una rápida inspección muestra un poco menos de rocker, Dane me explica que ésta la había shapeado dos días antes de mi llegada. Doy gracias por la llamada.

Le aplica cera, acelera y en cuestión de segundos está pivoteando en el agua y lo hace en una ola bien sólida. La línea más limpia se dibuja con su backside y destruye el virgen swell del sur… El spray fluye por todos lados pero él no lo ve, en la sección que se le ofrece por delante ejecuta un aéreo que no he visto hacer a ningún otro surfer durante varios meses.
Dane había tejido con éxito su propia alfombra mágica.

Fuente: Quiksilver Arg

 

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