Natxo González vuelve a surfear la locura del año pasado con algunos de sus amigos más cercanos. Puede sonar cursi, pero es verdad: compartir es cuidar.
Cuando Natxo descubrió por primera vez esta ola, estaba solo y aunque haya corrido las olas más grandes del planeta, es completamente diferente cuando tienes que surfear barriles huecos de arena de 8 pies que rompen a la altura del tobillo aguas a un par de metros de la costa y a cientos de kilómetros del hospital más cercano.
Natxo dijo «Cuando estuve aquí por primera vez con mi buen amigo y filmmaker Jon Aspuru, por momento tuve mucho miedo. La ola rompe en aguas realmente poco profundas y estábamos completamente solos. Después de correr un par de olas, dejé de surfear. No porque estuviera cansado o las olas se detuvieran, era demasiado peligroso. No había nadie alrededor, es un largo viaje hasta la ciudad más cercana y uno más largo hasta el hospital más cercano. Así que decidí llevar a algunos de mis mejores amigos al siguiente en un gran oleaje y fue completamente diferente. No solo el ángulo del oleaje fue un poco más fácil, tener a tus mejores amigos a tu alrededor te hace sentir más seguro y poder chargear más fuerte. Y como dicen: compartir es cuidar. Es lo mejor del mundo si puedes compartir olas perfectas con tus mejores amigos».