Adur Amatrian y Miguel Castrillon, dos amigos apasionados por el surf, deciden embarcarse en una aventura al sur del continente africano con un objetivo en mente: surfear la legendaria ola de Skeleton Bay, situada en el desierto de Namibia. Adur Amatrian y Miguel se habían preparado durante mucho tiempo para este viaje, sabiendo que enfrentarían un reto realmente complicado, no solo por las condiciones técnicas de la ola, sino también por el desierto inhóspito que rodea el lugar. La ola de Skeleton Bay es conocida por su dificultad, debido a las impredecibles corrientes, la complejidad de los fondos de arena y la necesidad de largas caminatas para llegar al lugar adecuado.
El viaje hacia Skeleton Bay no fue sencillo. Adur Amatrian y Miguel Castrillón sabían que cada paso los acercaba más a un desafío que pondría a prueba sus habilidades y resistencia. La ola no se presentó tal como la habían soñado, pero tanto Adur como Miguel estaban decididos a aprovechar al máximo la experiencia. «SKELETON BAY 
es una ola difícil en muchos sentidos: corrientes, dirección, estado de los fondos de arena, largas caminatas… No logramos surfearla tal y como la habíamos soñado, pero este proyecto iba más allá», reflexionaron ambos.
Para Adur Amatrian, este viaje fue la oportunidad de vivir una experiencia mucho más profunda que el simple hecho de surcar las olas. La verdadera esencia del viaje estaba en la compañía de Miguel y el desafío conjunto al que se enfrentaban. «Se trataba de viajar con amigos, enfrentarnos juntos a los retos y compartir momentos únicos que siempre recordaremos», comentó Adur.
A lo largo de su aventura, Adur Amatrian y Miguel Castrillón también tuvieron la oportunidad de explorar el desierto de Namibia, una región que, a pesar de su dureza, los sorprendió con su belleza única. En medio de las largas caminatas, las dificultades del surf y el calor abrasante del desierto, Adur y Miguel compartieron risas, anécdotas y desafíos que los unieron más como amigos. Al final, aunque no lograron surfear la ola perfecta, ambos coincidieron en que lo vivido fue una experiencia que les dejó recuerdos que atesorarán para siempre.
Filmada y editada por José Postigo