Desde el 15 de abril y hasta el 15 de agosto está abierta la ventana del “Big Wave Internacional Lobos por Siempre”, donde los 28 surfistas de olas grandes más destacados del mundo tienen un ojo puesto en Chile, a la espera de las condiciones ideales para desarrollar este torneo que imita el formato del famoso campeonato hawaiano “Eddie Aikau”, donde el mar decide cuándo se realiza.
Con eventos de esta categoría, nuestro país se sigue posicionando como uno de los lugares ideales para llevar a cabo esta modalidad extrema, por eso, bien vale la pena puntualizar los mejores sitios del territorio nacional para quienes quieran aventurarse en esta disciplina.
Ramón Navarro, Diego Medina y Cristian Merello. quienes están dentro del selecto grupo de invitados al certamen, se atreven a elaborar un ranking con las playas más destacadas que ofrece el mar criollo para surfear una ola grande.
Punta de Lobos
De forma unánime, este sector de Pichilemu es el preferido, por algo fue seleccionado para este prestigioso torneo. “Para mí, está la mejor ola de Latinoamérica, por el tamaño del tubo y lo perfecta que se pone”, destaca Merello. “Es la número uno, por lo constante, porque sale casi todos los días y en todas las condiciones. Puedes correr desde medio metro hasta lo más grande que se pone en la época de marejadas”, aporta Navarro. “Y al mismo tiempo puede ser muy larga, eso le da mucha calidad”, complementa Medina.
Arica
También hay unanimidad en que está en el podio, con “El Gringo” y “El Buey” como grandes olas. “Son de mis favoritas. Por la calidad y cantidad que hay, es uno de los lugares más constantes”, explica Navarro. “Tienen mucha fuerza, por ser de fondo de piedra. No hay corriente y muchas veces está ‘glassy’, que es cuando no hay viento y el mar parece de cristal”, agrega Medina. “Y puedes entrenar derechas, que corren hacia el otro lado. Es muy seguro, porque tiene un buen canal y la logística para entrar es fácil”, añade Merello.
Iquique
Es otro de los lugares mencionados por los tres especialistas. Navarro resalta “la calidad de peso, tamaño y condiciones que tiene la ola”. Medina puntualiza que “también es de fondo de piedra, con muy buenos tubos. Tal vez no es tan larga, pero sí es bien fuerte”. Merello cuenta que “no he ido hace un tiempo, pero en el comienzo de mi carrera como deportista fui bastante”.
Pichicuy
Este balneario ubicado en la comuna de La Ligua es ideal para la etapa del año que estamos viviendo. “Es una ola que sale en invierno, con marejadas y temporales, y con mucha fuerza”, describe Medina. Navarro coincide: “Tiene olitas bien lindas en la época invernal. Es la variante cuando hay vientos y tormentas del norte”.
Olas sureñas
Navarro apunta en la lista a las regiones del Maule y de Ñuble: “Son la perfección de las olas del sur, donde hay un potencial increíble. No son tan constantes, pero son alucinantes”. Merello concuerda con las características distintivas de esta zona. “Necesitan condiciones más específicas, que se dan solamente una o dos veces al año”, remata.
LEY DE ROMPIENTES PARA CONSERVAR ESTOS ESTADIOS NATURALES
Cualquier país del mundo se quisiera estos lugares que tiene Chile para practicar el surf. El mar nos favoreció con privilegiados estadios naturales, que se forman gracias a las rompientes, es decir, a las olas que viajan por el océano y al interactuar con el fondo marino, rompen cerca de la costa.
Sin embargo, estos escenarios están en serio peligro. “Se han visto amenazados por el fuerte desarrollo inmobiliario desregulado, por la infraestructura pública y privada inadecuada emplazada en zona de rompientes, y por la contaminación de aguas y el desecho de residuos, generados por la industria y el turismo masificado”, explica Manuela Barros, coordinadora del Proyecto de Ley de Rompientes.
Éste está siendo tramitado actualmente en la Comisión de Medio Ambiente del Senado, inspirado en la legislación peruana. Hoy el apoyo y colaboración del Gobierno son fundamentales y estamos a la espera de que se manifieste para poder seguir avanzando. La nación vecina logró aprobar una norma que protege sus oleajes a través de su inscripción en un registro.
“Hoy, la Ley de Rompientes es urgente y necesaria en Chile”, advierte la abogada. “Las amenazas no sólo implican la afectación de rompientes, sino también una agonía de la esencia y de las raíces de nuestra cultura costera”, remata.